Las últimas investigaciones apuntan a que el «secreto» de una buena dieta podría estar en el ayuno. Y ya nos lo viene diciendo el Dr. José Luis Padilla Corral hace mucho tiempo…
Lo que explican los expertos en nutrición es que no importa las veces que comas: lo importante es cómo comes y qué comes. El ayuno, bien administrado, nos permite ajustar los tiempos en los que nos alimentamos.
«Es tiempo de ayuno», titulaba la revista Science hace unos de días un artículo que revisa la literatura científica existente hasta el momento sobre la restricción calórica y los períodos de ayuno.Y para ello comenta los resultados de un metaanálisis en el que se analizan varios sistemas de ayuno y sus beneficios para la salud.
Las conclusiones a las que llega es que la restricción calórica temporal ayuda a reducir los factores de riesgo de varias enfermedades entre las que se incluyen el síndrome metabólico, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer e, incluso, las enfermedades neurodegenerativas.
Cuatro técnicas para ayunar
Existen cuatro técnicas o aproximaciones para usar el ayuno en nuestro favor. De hecho, estas son las que han analizado los investigadores. La primera es la restricción calórica, es decir, reducir la cantidad de comida y sus aporte en energía, así de sencillo.
Para no caer en una malnutrición hay que restringir entre un 15 y un 40% como máximo sobre las calorías totales en una dieta normal sin control. Esto tiene una serie de beneficios: menos enfermedades, más salud metabólica…Pero este tipo de dietas es muy agresiva a nivel psicológico y social, por lo que es muy difícil llevarla a cabo y adherirse a ella. Eso sí, podemos tratar de reducir las calorías al máximo, lo que será positivo para la salud.
La segunda es la alimentación restringida por tiempo. Esta consiste en consumir casi toda la dieta en un periodo corto del día de entre 4 y 12 horas, y sin que haga falta reducir la cantidad de calorías que comemos. Eso supone ayunar durante 20 o 12 horas seguidas. Esto podría mejorar el peso corporal, la composición grasa y muscular así como reducir varios procesos asociados con la enfermedad.
El ayuno intermitente -el tercer tipo-, consiste en comer ad libitum, es decir, lo que queramos, ciertos días a la semana y dejar de comer, o comer lo mínimo indispensable, otros tantos. Este modelo de alimentación, explican los investigadores, promueve una serie de mecanismos de estrés en el organismo. Esto se manifiesta en mejor control de la insulina, protección contra enfermedades cardiovasculares, obesidad y cáncer, entre otras cosas.
Por último, el ayuno «simulado» reduce la ingesta diaria a alimentos hipocalóricos. De esta manera se pretende «alargar» la sensación fisiológica de ayuno, sin que sea propiamente un ayuno (no comer nada de nada). Este método también mostró una serie de beneficios a corto plazo. El problema principal de este método es que no hay buenos datos a largo plazo.
El fin de las cinco comidas al día
Aunque ayunar sea una tarea complicada, podemos utilizar algunos de los datos de las conclusiones en nuestro favor. En primer lugar, reducir la ingesta calórica (hasta un 40%, como máximo) y, además cambiar alimentos y reducir el azúcar de la dieta.
Por otro lado, existe un denominador común entre estas técnicas: el momento de comer los alimentos. Los resultados muestran que las horas de alimentación deberían encontrarse a lo largo del día evitando la noche.
Es decir, podemos aprovechar para comer a lo largo de la jornada ayunando por la tarde y noche.
Según las evidencias, esto nos ayudará a nivel metabólico. También significa otra cosa: se acabó el mito de las cinco comidas al día. Alargar la alimentación no es malo, pero ayunar parece mejor.
Tiene su sentido evolutivo, en el que el ritmo circadiano marca el ritmo metabólico. Un ritmo que hace tiempo que rompimos con recursos por doquier. Antes la comida era un objetivo, un fin. Esto marcaba el transcurso del día. Ahora es un evento más con un carácter social y psicológico.
Esto podría explicar por qué algo como el ayuno, intuitivo, es una herramienta para mejorar la salud.